Esta semana me he dedicado a sacar algunos de los muertos que tenía en mi armario y a volverles a la vida.
Hace tiempo que los mantenía encerrados en el armario de los malos recuerdos. Cada vez que mi cabeza, por insistente y por que algunas veces me gusta fustigarme, se acercaba a este armario, sentía el tufillo que emanaban estos viejos recuerdos. No olvido fácil , así que aunque el olor y el peso de los mismos a veces se volvía mareante, por nada del mundo quería enterrarlos. Ese era su castigo… y sin darme cuenta también el mío.
Esta semana he decidido sacar de este armario a dos muertos, uno por valiente y el otro por que hablaron en su defensa.
Y es que uno de los muertos pidió revisión de condena, ya que no entendía qué era lo que había hecho para recibir tal castigo… así que entre que yo le expliqué, y él se explicó, me di cuenta que había sido injusta y que había condenado a un inocente a mi armario de los malos recuerdos. Este mismo muerto, que debía ser abogado en su vida anterior, decidió también representar a su compañero condenado en el armario por la misma causa.
Y es que si he sido injusta, he sido injusta y he de reconocerlo. Así que lo reconozco, pido perdón y concedo la vuelta a la vida a estos dos condenados. Y sí, tendré que buscar una penitencia por haber condenado injustamente.
…
Lo curioso del tema es que todavía mantengo algunos muertos en este viejo armario, y cuando intento recordar el motivo por el que los metí allí… se me ha olvidado.
Voy a tener que revisar penas, por que me he dado cuenta que cuantos menos muertos tengo, más ligera y mejor me siento.
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3 comentarios:
Sabia decisión.
Musu.
Ana tienes un blog que cada vez que entro me sorprendes...ademas de una dibujante super divertida das un toque muy especial a tu estilo literario...que es lo que mas me gusta !!!! fuiste prevenida y no los enterrastres en el olvido y ahora puedes reparar !averias hechas....oportunidad rebosante de sabiduria ...como t dice Javier, un abrazo de Begoña
mucho mejor así, dormir tranquila sin remordimiento, sin coraje, sin enfados...
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