
La señora Rodríguez recibió de su suegra una bolsa, de regalo por su cumpleaños. La señora Rodríguez cumplió treinta años de edad y dos de casada, lo que la hizo acreedora a un reconocimiento por parte de la mamá del señor Rodríguez, quien, hasta hoy, no parece resignarse ante este hecho innegrable: ella no es la única señora Rodríguez de la familia. El imbécil de su hijo la duplicó al contraer matrimonio con su nuera, otorgándole el mismo título que a ella.
La señora Rodríguez y otros mundos.
Martha Cerda
10 comentarios:
Te casas con el/ella solamente es verdad, pero el/ella no viene solo, jajajaja. Un regalo con sorpresa. No te cases. Besos.
Siempre buscando rivales... A ver cuando nos enteramos que somos todos del mismo equipo, jeje.
Un besote de señorito
Fantástico relato que dice mucho de lo escrito. el dibujo, tan bueno como siempre. Me gusta este blog
Saludos
Pues sí Adolfo, pero con o sin papeles de casorio, la madre de tu pareja suele venir en el mismo paquete que él... y ¡sin lacito de regalo!
El problema no creo que sea que no nos demos cuenta de que todos estamos en el mismo equipo... Creo que el problema es que todos queremos ser los capitanes del equipo... Y eso sí es un problem.
Un beso NiñoCactus.
Ah! por cierto, te recomiendo que leas a Marta Cerda. Te encantará.
Gracias Fernando. El libro de la "Señora Rodríguez y otros mundos" es genial... Si tenéis la oportunidad de leerlo no la dejeis pasar.
Un beso.
Estoy segura que la Señora Rodriguez es sabia consejera de la vida en el libro. Buscaré tu recomendación :)
Preciosa la pose de la ilustración de la señora y su cara de resignación (aún hiriente).
Espero que se llegue a un acuerdo pacçifico con el reparto de obligaciones del título.
Muchos besicos, Bakar.
Jajaja, pues Elisa, la verdad es que la Sra. Rodríguez no es muy sensata en el libro (tiene un punto de loca muy gracioso). El libro es genial, pero creo que es un poco complicado conseguirlo en España. Marta Cerda es más conocida en latino América. He querido comprar libros suyos por aquí y no lo he conseguido. A ver si tú tienes más suerte...
Un besazo.
Hola Bakar:
Me ha gustado el fragmento porque es cierto. Cuando no hay rivalidad entre suegra y nuera sólo puede ser por dos motivos: porque una ha fallecido o porque viven una corta tregua.
Un abrazo.
¡Qué razón tienes Josep Julián! Para quererse es imprescindible la distancia (y no hay distancia más larga que la muerte...) Jajaja
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